Junio de 2010. Llevo trabajando dos meses en el guión de un
cortometraje de temática fantástico y
terror. Voy por la tercera versión, y mi intención es que no dure más de 15
minutos, aunque el guión contiene en ese momento 26 páginas(en posteriores
versiones tendrá 32, y para el rodaje se reducirá hasta las 20 páginas).
Necesito un guionista que me ayude a pulirlo, ya que no me considero ni buen
escritor, ni buen dialoguista. Después de haber mantenido conversaciones con
dos guionistas, que se asustaron por la extensión del guión para un
“cortometrajillo”, consigo encontrar alguien que se interese: Marina Enrique.
Hemos quedado en una cafetería, y recuerdo lo primero que me dice:”¿Estás
seguro qué quieres hacer un corto? Porque éste guión tiene más pinta de piloto,
y yo le veo potencial para una serie”. Acaba de acertarme. “Yo también pensaba
que tenía potencial para una serie, pero llámame cobarde o vago, si nos metemos
en una serie va a ser un trabajo tremendo levantarla.” Esa fue mi contestación.
Y según avanzaba la reunión, que duró tres horas, siempre acabábamos con la
misma conclusión: se ha de hacer una serie. Entonces propongo hacer una
webserie, un formato de moda, y que tanto el número como las duraciones de los
episodios, no están sujetos a las normas de la televisión. Los dos estamos de
acuerdo.
Enero de 2011. Faltan escasamente dos semanas para empezar a
rodar, llevamos 5 meses preparando el rodaje, y ocurre todo lo que no quieres
que te ocurra: los actores que hacían de Vampiro y soplón del bar, nos dejan
tirados. Los dueños del disco-bar que teníamos apalabrados desde hace meses,
sospechosamente ya no cogen el teléfono cuando les llamas para recordarles que
tenemos que ir a rodar. Y lo peor de todo: la mina donde se iba a filmar todo
el tercer acto del guión, durante 10 años abandonada y abierta, deciden tapar
la entrada, me imagino por que alguien entro y se hizo daño. A dos semanas de
comenzar parece que está más imposible que nunca nuestro sueño de la webserie.
Pero como suele ocurrir en estas situaciones, sacando agallas, y pidiendo
favores a amigos y familiares(y dormir poco), se consigue comenzar a rodar con
otros actores, otro disco-bar, y otra mina. Son 7 días de rodaje a temperaturas
bajo cero en el desierto, encerrados en una mina también calados de frío, y
todos los problemas técnicos de rodar con un presupuesto bastante limitado. Sin
embargo, todo se aguanta con la complicidad de tres actores protagonistas con
los que ya he trabajado anteriormente, al igual que gente habitual de mi equipo
técnico(Isaac, Iban), más los nuevos fichajes que se han entregado todo lo que
han podido(Lucía, Mariela)… la verdad es que no me atrevo a nombrarlos a todos
por miedo a olvidarme de alguno. Pero estas personas saben quienes son, y que
les estoy enormemente agradecido por su entrega y pasión al proyecto.
Tabula Rasa ya tiene un episodio piloto rodado. Ya tenemos
algo con que empezar. Parece que levantar la webserie no está tan lejos.
F. Carlos Campillos
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